Glymur es oficialmente la segunda catarata más alta de Islandia, aunque eso es solo desde el año 2011 cuando se pudo medir la cascada Morsárfoss que se había descubierto en 2007. La Morsárfoss es una cascada glacial en el sur de la isla y podréis imaginar que si hasta 2007 no se había descubierto es por lo inaccesible de dónde se encuentra (en el glaciar Vatnajökull). Últimamente es más fácil llegar a la Morsárfoss desde arriba por el parque Skaftafell o desde abajo caminando por el glaciar. Pero volvamos a Glymur. Esta cascada se encuentra a pocos kilómetros de Reikiavik y se puede llegar en cualquier tipo de vehículo hasta el aparcamiento antes de iniciar el sendero. Si vienes desde la capital, tienes que bordear el fiordo Hvalfjördur (no te metas por el túnel hasta llegar a un desvío marcado (pone Glymur) en una carretera que primero está asfaltada, pero termina siendo de tierra. Pasarás por un puente bastante estrecho (cuidado si vas con una autocaravana). No tiene pérdida porque dónde acaba el camino empieza la aventura.
Comienza la Aventura en Glymur
Aventura con mayúsculas porque eso fue Glymur: la primera de las muchas aventuras que viviríamos en Islandia.
Para empezar el camino no está marcado, así que sin un GPS solo tienes dos opciones: seguir a alguien o tener suerte. Suerte porque la senda, aunque está bastante clara si no hay nieve, a poco que caiga una pequeña nevadita se va a borrar completamente y será imposible de seguir. Y mucha gente no es que haya para seguir, por lo que recomendamos llevar un buen GPS de montaña. En segundo término, habíamos leído bastantes historias sobre este destino. Glymur es mítico entre los senderistas más extremos y no me extraña. Hay historias desde senderistas que no tuvieron ningún problema y no les pareció gran cosa (fueron en verano) hasta algún inconsciente que tuvo que ser rescatado en helicóptero en medio de la noche. En lo que todos coinciden es en la espectacularidad. Es algo que te deja huella, no se olvida. Por una parte está el fiordo, esa lengua de mar que entra en la tierra arrasándolo todo, por otra las montañas vírgenes y nevadas creadas por los volcanes. Y en el centro un pequeño pero salvaje río con una caída de agua de 190 metros.
En invierno, la ruta habitual simplemente no está disponible. Eso, ¿se explicaba en algún blog? Al parecer los islandeses eliminan el puente que cruza el río. Se trata de un puente rudimentario, constituido por un simple tronco y un cable de acero. El cable se mantiene, pero el puente lo quitan para evitar que la gente tenga la tentación de cruzar. ¿Creían que eso nos iba a parar? Nos descalzamos y probamos la temperatura del agua, con Jorge en cabeza apunto estuvimos de lograr pasar, pero la corriente era muy fuerte y las piedras del fondo demasiado afiladas para cruzar sin nada. El vídeo lo explica todo. Lejos de desistir, intentamos remontar el río por el margen izquierdo, pegados a la pared, pero era imposible, los senderos se estrechaban hasta resultar imposible el paso. Además las fuertes ráfagas de viento que nos habían impedido cumplir nuestro programa el día anterior seguían soplando con fuerza. ¿Desistir? Nunca. Regresamos tras nuestros pasos para buscar otro camino, ya fuera de la senda marcada en el GPS. Cruzamos de nuevo la cueva natural que permite bajar al río, esta vez en sentido ascendente y de regreso, pero en vez de enfilar el camino de vuelta a la autocaravana, torcimos a la derecha por una senda apenas marcada. Esa es otra ruta de senderismo en Glymur que luego, rebuscando en Wikiloc logré encontrar, pero no es la «oficial», es la que algunos llaman «la forma difícil». Básicamente consiste en subir del tirón, con un desnivel a veces mayor de 45º los 190 metros de la cascada más todos los saltos pequeños hay hasta el río por un hilillo de agua procedente del deshielo que lo llena todo de un barro pringoso y pegadizo. Todo eso a menos de 10 metros de una pared vertical y fuertes vientos arreciando, algunos cargados con nieve y fino granizo. Eso es Glymur.
Senderismo de altura
Pero por fin llegas a la cima y puedes disfrutar de la visión de la cascada. Con mucho cuidado, eso sí, ya que el viento allí es increíblemente fuerte y el hielo en el suelo no ayuda mucho a estabilizarte. El momento es mágico, las vistas impresionan, aunque para ser justos he de decir que era el principio del viaje y no estábamos acostumbrados a esos paisajes. Algo que trato de cuidar mucho en la planificación de los viajes es el orden de visitas, ya que quizás Glymur hubiera sido menos espectacular si hubiésemos visto antes los grandes paisajes del Sur. La bajada la hicimos por la vía fácil, un viejo camino de cabras que quizás alguno de los impresionantes 4×4 que tienen los islandeses podría transitar. Un camino fácil de bajada, que hubiese hecho la subida también bastante más fácil pero menos meritoria, aunque igualmente atractiva. Abajo nos esperaba Nuria, que tras ver el pronóstico del tiempo y conocer de la dificultad de la ruta, prefirió quedarse. Tras la ruta de senderismo en Glymur nos quedarían unas cuantas más en Islandia, pero personalmente de esta me llevo el mejor recuerdo.
Hola,
estamos organizando el viaje a Islandia para agosto y tenemos dudas en cuanto al alquiler del coche. Hemos leído muy malos comentarios sobre alguna compañía y queríamos saber si nos recomendaríais alguna que creáis que es fiable. Muchas gracias por toda la información que ofrecéis sobre las excursiones en Islandia!
Experiencia directa con compañías del país no tengo, pero por lo que he leído la mayoría de las malas experiencias se dan en empresas nacionales, por lo que te recomendaría que trataras de alquilar con una internacional. Por ejemplo Sixt tiene buenos precios y garantía internacional.