La próxima semana miles de turistas abarrotarán las calles de Valencia debido a las famosas “fallas”. La coincidencia con la semana santa y la reciente inauguración del Bioparc seguro que contribuyen a atraer a mucha más gente a la ciudad. Por ello, aprovecharé la ocasión para recomendar a los viajeros lo que a mi juicio como ex-ciudadano de la capital del Turia es lo que nadie se debería perder tanto si viaja en fallas como si aparece por la ciudad en cualquier otra fecha y con cualquier otra excusa.

Desde mi punto de vista, no creo que haya ningún interés en especial en visitar por dentro los museos de la ciudad de las artes y las ciencias, ni tampoco el acuario, puesto que el precio es exagerado y en muchas otras ciudades podemos visitar este tipo de atracciones turísticas. Lo que sí es espectacular es la arquitectura de la zona. La ciudad de las artes y las ciencias parece una ciudad del futuro dentro de Valencia. La visita de los exteriores es gratuita y el interior se puede apreciar simplemente entrando a los vestíbulos y puntos de venta de entrada.

En cuanto al atractivo más novedoso de la ciudad, el bioparc, no puedo hablar ya que no he estado. En cualquier caso, hay que saber que se trata de uno de esos zoológicos con grandes espacios para los animales y en el que recorres muchos kilómetros desde que entras hasta que lo terminas de ver (supongo que será tipo el de Cabarceno o el zoo del Bronx). Por cierto, el bioparc está en el Parc de Capçalera, una continuación de uno de los mayores parques del mundo: el cauce del río Turia, el pulmón verde de la ciudad y visita obligada (especialmente en la zona del palau de la música).

Si alguien tiene la suerte de estar en la ciudad un domingo por la mañana, no se debe perder el mercado de la plaza redonda. Probablemente no aparecerá en muchas guías, pero es lo mejor que se puede hacer un domingo en Valencia. Se trata de un típico mercadito (aunque a veces parece un rastro) en una zona muy interesante arquitectónicamente del centro de la ciudad, donde se vende y se compra de todo, pero especialmente se comercia con animales. Hay de todo, puestos legales y vendedores ilegales que te pueden ofrecer cualquier cosa que te imagines. Lo mejor es el ambiente.

Tampoco os olvidéis de visitar el parque de Viveros, junto a la calle Blasco Ibáñez (que por cierto, esta calle no tiene nada de especial). Y ya que estáis por la zona, acercaros hacía Alboraia, dónde podréis degustar la mejor horchata (recomiendo una horchatería llamada Daniel, preguntad que todo el mundo la conoce).

Para salir por la noche no os perdáis el barrio de El Carmen. El resto de zonas de “marcha” son monótonas, caras y aburridas. En El Carmen puedes encontrar desde garitos “pijos” hasta bares heavy. Además todo ello acompañado con la arquitectura de un barrio histórico.

En cuanto a restaurantes, entre semana (no vayáis en fin de semana porque el precio es un robo), un lugar donde me encanta ir a comer de menú es el restaurante pizza-roma (cerrado en 2010 por la crisis, ahora hay otro con el mismo nombre pero no es ni de los mismos dueños ni se come igual y es muy caro, ¡cuidado!). Si alguien es capaz de acabarse toda la comida que te dan por menos de 8 euros (la última vez que fui), que me escriba. Y no se trata de bazofia como en muchos otros lugares, sino que tiene su cierto nivel de calidad. Si se viene en coche y se quiere comer bien y de forma un poco más exclusiva, en el restaurante del casino Monte Picayo, situado en Puzol, un pueblo cercano a la capital, se puede cenar de buffet libre por unos 40 euros. Aunque mi recomendación es la de siempre: hay que probar los menús del día de los bares que se encuentren, suelen tener la mejor relación calidad/precio.

Para alojarse, hay unos cuantos hostels buenísimos y muy nuevos, como los Home Youth hostel o los Nest Hostels (aunque hay muchos más). Hay que pensar que hasta hace poco no había prácticamente ningún albergue en Valencia y que ha sido tras la creación de la Ciudad de les Arts y les Ciencies cuando han empezado a proliferar este tipo de alojamientos. Si se dispone de más dinero y se visita la ciudad en temporada baja, cerca del centro hay un par de hoteles que admiten bonos de hotel y que no están mal.

Por lo demás, ya se sabe, hay que subir al Miquelet, comer una paella en la albufera, ir en tranvía a la malvarrosa, caminar desde la lonja hasta la plaza del ayuntamiento pasando por la calle caballeros, etc. Todo gratis o muy barato, ¡no os dejéis engañar!

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