Una de las principales actividades que se realizan en Lamu es la llamada ‘excursión en Dhow’, una turistada como cualquier otra a la que nadie se puede resistir una vez ha hecho el esfuerzo de venir hasta aquí para nada.
El dhow es un barco a vela muy vistoso que a mi me recordó mucho a los que se usan para recorrer el Nilo egipcio. La población local los usa para fines bastante prosaicos como suele ser la pesca, el transporte y, ahora, el negocio turístico. Al parecer muchos turistas contratan este tipo de embarcaciones (con su patrón, por supuesto) para salir a pescar. Otros optan por el ‘pack’ pesca y barbacoa que consiste en salir a primera hora de la mañana, tratar de pescar algo y con lo pescado parar en una orilla de la isla y montar una barbacoa.
Sin embargo, dejando de lado estas formas turísticas de disfrutar del dhow, hay una opción que a mi me hubiera gustado probar, especialmente tras haber comprobado el lamentable estado de las carreteras que conducen a Mombasa. Se trata de una opción aventurera de la que leí en varias páginas de Internet y en algún libro-guía: hacer una travesía entre Lamu y Mombasa. Sin embargo, nuestros compañeros de viaje descartaron esa posibilidad que hubiera animado nuestra estancia en la costa Keniata.