El camino de regreso tenía fecha y hora: hoy a las 14:34. Habíamos empezado en Wroclaw y habíamos estado recorriendo Polonia de forma circular hasta llegar al punto más al norte al que íbamos a estar en este país: Sopot. Ahora tocaba empezar a volver sobre nuestros pasos. Pero antes nos quedaban un par de visitas obligadas en Gdansk. Una de ellas era la catedral de Oliwa dónde cada día a las 11 y las 12 se hace sonar el órgano para los visitantes con una sorpresa muy especial: las figuras animadas, cual carrillón medieval, que se concentran alrededor de los potentes tubos de la catedral. La otra visita era al interior de la iglesia de Santa Maria que es la iglesia de ladrillo más grande del mundo y tiene un impresionante reloj zodiacal en su interior.
Dada la hora a la que salía nuestro tren, tuvimos que comer muy pronto, antes de la 1 del mediodía en una especie de pub. Como siempre menú del día a ciegas y como casi siempre, gran elección (44 PLN). Tras la comida regresamos al hostel a por las mochilas, tranvía y a por el tren. Es sorprendente la puntualidad de los trenes, tranvías y otros medios de transporte de Polonia, comparable totalmente a la puntualidad británica.
Llegamos a Poznan un tanto desorientados. Nos costó encontrar el camino correcto, pero al final orientarse suele ser fácil en casi todas las ciudades polacas: un centro histórico rodeado de muchísimos barrios de viviendas. Ivan estaba un tanto resfriado, por lo que en cuanto llegamos al hostel, antes de salir a descubrir la ciudad, decidimos tomarnos un te, descansar y relajarnos. La calle dónde está el hostel «By the way» que habíamos elegido es la típica calle peatonal y comercial vibrante, llena de vida de muchas otras ciudades europeas. Sin embargo nos sorprendió muchísimo la metamorfosis que sufrió entre las 20:00 y las 20:30 cuando empezó a anochecer y todo el mundo se fue, los comercios cerraron y la calle se convirtió en una calle más.
Dimos una vuelta por la preciosa plaza de Poznan, vimos algunos edificios, el bar Proletaryat y otros de esa zona y terminamos cenando un bocadillo buenísimo por 22 PLN (2 bocatas + bebida). Creo que Poznan es, de las ciudades polacas que hemos visitado la que mejores precios tiene, al menos en su casco histórico.
Gastos
Tranvia: 2x2x2’80 PLN
Comer: 44 PLN
Chocolate máquina estación: 2 PLN
Hostel 2 noches 2 personas: 90 PLN
Cena: 22 PLN