Virginia y Alejandro son dos argentinos que, desde 2012, recorren el continente americano con dos amigas muy particulares: Pioja y Pumba, dos compañeras de 4 patas. Iniciaron su viaje con una autocaravana («El forastero»), pero por diversos motivos decidieron sustituirla y empezar a recorrer mundo con un par de bicicletas. Empezaron el viaje bajando hacia el sur de Argentina y luego recorriendo Chile de regreso y cuando pasaron por Buenos Aires decidieron cambiar el tipo de viaje, dejar el motor y empezar a pedalear. Ya en bicicleta y con el propósito de unir Ushuaia con Alaska, nuestros amigos viajeros andan ya por Uruguay pedaleando y conociendo mundo.

Podéis seguir su evolución en su blog y en su cuenta de Facebook.

1. Viajáis con dos compañeros de ruta poco convencionales y en un medio de transporte bastante exigente, ¿es complicado viajar en bicicleta y con dos perros?

A simple vista parece imposible, incluso lo pensábamos así cuando buscábamos en qué viajar. Hoy podemos afirmar que si bien, no es fácil (¿qué es fácil?), pero tampoco es tan difícil como uno se imagina.

Pioja y Pumba son nuestras compañeras hace años. Sabemos qué les gusta, qué no y cómo hacer para que nos hagan caso. Además hemos comprobado que se adaptan a cualquier situación.

Hay que tener más cuidado porque ellas no siempre saben del peligro que pueden correr, por ejemplo, cuando frenamos en la ruta para tomar agua y estirar un poco las patas. Por eso, siempre remarcamos que en la ruta tienen que estar con correa. Por seguridad de ellas y de los demás.

Creemos que es un tema de adaptación de ambas partes. Al principio, todo es nuevo y a prueba y error se va aprendiendo. Luego, todo se va dando de forma natural.

Y lo que más nos gusta es estar convencidos de que ellas son felices de estar las 24 horas junto a nosotros.

2. Lleváis unos 6 meses recorriendo América en bicicleta y, tal y como contáis en vuestro blog, empezasteis sin ser usuarios asiduos de las bicicletas, ¿como ha sido la experiencia? ¿creéis que cualquier persona puede emprender un viaje por el mundo en bicicleta?

Hacía más de 15 años que no nos subíamos a una bicicleta cuando decidimos emprender este viaje. Y como si ya pareciera algo increíble, hicimos todo lo contrario a lo que te recomiendan hacer: no entrenamos, no hicimos dieta, no teníamos conocimientos de mecánica (salvo emparchar una pinchadura).

Cargamos las alforjas y bicicletas con todo lo que creíamos necesario y mucho más también. No sabíamos cuánto pesaba cada cosa. El primer día que nos subimos a las bicicletas con el equipaje fue el día que salimos a las rutas.

Frente a cualquier panorama negativo, logramos pedalear más de 40 kilómetros. Eso si, tardamos más de 6 horas. Un promedio que más de un ciclista te mira con cara de asombro (de no creerlo). Pero lo hicimos. Despacio, a nuestro ritmo, sin presiones y disfrutando, lo hicimos.

Y eso es lo que decimos cuando nos preguntan si creemos que cualquier persona puede emprender un viaje en bicicleta. Es cuestión de voluntad y confianza en uno.

3. En un par de bicicletas y con 4 de familia no se pueden transportar muchas pertenencias, ¿qué lleváis en vuestras alforjas?

A veces pensamos “¿qué no llevamos?”. Por suerte, durante el viaje fuimos descartando cosas que nos dimos cuenta que no usábamos o que teníamos “por las dudas”.

En las alforjas llevamos ropa, los objetos de baño e higiene personal, botiquín, repuestos y herramientas (por más que no las sepamos usar), insumos para hacer nuestras artesanías en macramé con las que financiamos el viaje, en una de las alforjas va el alimento y cosas de las perras, los objetos tecnológicos, los utensilios de cocina, comida para los desayunos (el resto lo vamos comprando día a día aunque tenemos una reserva). Algún libro, cuadernos para anotar los datos del viaje, un mazo de cartas, una armónica porque Ale quiere aprender a tocar un instrumento (y como no se puede llevar la guitarra criolla, eligió algo más pequeño). Y creo que no nos olvidamos de mencionar nada más.

4. En el blog, contáis cuánto dinero se necesita para viajar en motorhome, pero, ¿cuál es el gasto medio diario viajando en bicicleta?

Todavía no hemos hecho un promedio exacto de cuánto llevamos gastado por día viajando en bicicleta, pero más o menos serán unos 50 pesos argentinos por día (~5€) para los cuatro, es decir, nuestra comida y la de las perras. Cuando estuvimos en Chile, nuestro promedio fue de 5 dólares por día.

A estos números hay que sumarle el dato de que ambos llevábamos una dieta vegetariana estricta, es decir, no consumimos carnes, ni lácteos, ni huevos. Por eso nuestro presupuesto puede parecer bajo, porque además somos de recorrer ferias y negocios buscando buena mercadería pero a bajo costo. Casi nunca compramos en el primer lugar que vemos, a menos que sea lo único que haya.

El equipo completo de Por las rutas del mundo.
El equipo completo de Por las rutas del mundo.

5. En vuestro blog, contáis que salisteis de Argentina con 5000 pesos (~500 €) y habéis comentado que os financiáis  el viaje vendiendo macramé e imanes de nevera con frases inspiradoras, ¿con estas ocupaciones es suficiente o tenéis otros ingresos?

Con los imanes y el macramé podemos viajar, viviendo el día a día y a veces con un presupuesto ajustado. No nos quedamos únicamente con estas dos ocupaciones, sino que cuando tenemos la oportunidad de conseguir algún trabajo temporal que nos de ingresos extras, siempre son bienvenidos y los tomamos. Como por ejemplo, Ale trabajó un mes en una obra en construcción en Santiago de Chile, mientras yo ayudaba en una mudanza. Trabajé en una casa de comidas rápidas por dos noches en Puerto Madryn, Ale ayudó a hacer una vereda en un Hostel de San Martin de los Andes a cambio de poder usar las instalaciones del mismo. En Buenos Aires di clases particulares a alumnos del colegio secundario y así otras tantas formas de ir obteniendo ingresos que nos permitan viajar.

«Cuando entendimos que Alaska es un norte o una excusa aprendimos a disfrutar del camino»

6. El ambicioso proyecto de unir Tierra de Fuego con Alaska, ¿tiene fecha de caducidad? ¿o no os habéis puesto ningún tipo de límite para lograrlo?

Viajamos sin tiempo, o con todo el tiempo del mundo. Al principio teníamos como objetivo el llegar hasta Alaska y luego recorrer el mundo. Luego de más de dos años desde que elegimos el vivir viajando se convirtió en un estilo de vida, entendimos que Alaska es un norte o una excusa, y aprendimos a disfrutar del camino y no nos enfocamos tanto en el destino.

Una frase que decimos siempre es: “Vamos despacio y tranquilos porque queremos
y sabemos que vamos a llegar lejos.”

7. En su presentación, Vir dice: «Si me costó decidirme fue porque creía que en la vida había que trabajar para ganar dinero para vivir lo más cómodamente posible«, ¿no se vive cómodamente viajando?

Esta pregunta fue difícil de responder porque nunca me puse a reflexionar esa frase de esa manera. Es verdad que yo pensaba que había que llevar una vida “normal” con un trabajo de 9 o 10 horas diarias durante 5 o 6 días. Todo ese sacrificio para poder pagar las deudas de las compras de objetos que la televisión nos decía que nos iban a hacer feliz al vivir más cómodamente. No porque pensará que viajando se viviera de forma incomoda. De hecho, las vacaciones era algo que esperaba durante 350 días y eso que por nuestros ingresos, los viajes eran en carpa y con bajo presupuesto.

Hoy creo que viajando se puede vivir cómodamente pero no con las mismas comodidades de cuando se tiene una casa, un trabajo estable, etc.

Las prioridades te cambian cuando viajas. Tu preocupación deja de ser si la remera combina con los zapatos, o si tienes el último teléfono celular. Con tal de seguir viajando y conociendo increíbles personas y lugares, ya no buscas comer sentado en una mesa con mantel y copas. ¡A veces hasta se te pasa la hora de comer!

8. Considero que vuestro blog es un lugar estupendo para aprender a viajar con perros, ¿por qué decidisteis iniciarlo? ¿os consume mucho tiempo?

Desde que tengo uso de razón que escribo. Tuve muchos diarios íntimos hasta que en el 2004 abrí un blog para ir contando sobre mis días y descargándome con anécdotas de mi trabajo en un call center.

Cuando con Ale decidimos emprender el viaje ya estaba implícito que íbamos a tener un blog para que yo pudiera ir contando sobre nuestras historias.

La sección donde damos consejos y datos útiles para viajar con perros la creamos cuando vimos que había muchas personas que quieren viajar acompañados de sus amigos de cuatro patas pero que dudan o tienen miedo porque siempre escucharon que es difícil, que cruzar las fronteras es un problema y tantas otras frases que están muy lejos de la realidad que vivimos nosotros.
Con Pioja y Pumba viajamos en motorhome, ahora podemos viajar en bicicleta y hasta hemos viajado a dedo. ¡Si! ¡A dedo! Algo que la mayoría te dice que es imposible, nosotros lo hicimos en un trayecto de más de 1500 kilómetros en 30 horas gracias a dos camioneros y tres automóviles.

«Viajar lento, al principio era una obligación económica, hoy es una elección»

9. Por lo que comentáis en vuestro blog, viajáis lentos porque es más económico que viajar rápido y además permite conocer mejor cómo vive la gente de los lugares que visitáis. Si pudierais elegir porque la economía no fuera un problema, ¿elegiríais viajar lento o rápido? ¿por qué?

Sin dudas seguiríamos eligiendo viajar lento, conociendo los lugares a través de las personas que nos cruzamos en el camino. No queremos ser simples turistas pasando por un pueblo. Nos gusta observar los movimientos y sentirnos parte de cada sitio que visitamos.

Al principio viajamos así por obligación económica, hoy es una elección.

10. Una de vuestras reflexiones es que «el paso más importante es animarse a salir de viaje», ¿qué le diríais a la personas que quieren dar el paso pero no se atreven?

Lo primero que siempre decimos es que los entendemos porque estuvimos en la misma situación. Si bien Ale ya tenía pesando salir a viajar mucho antes de conocerme, cuando tuvimos que tomar la decisión, a los dos nos dio ese miedo a lo desconocido, a lo incierto del futuro y del qué pasará.

Hoy, nos damos cuenta que no hay diferencia entre vivir viajando y la forma en que antes lo hacíamos. ¿Quién sabe qué va a ocurrir mañana? ¿Quién tiene la certeza de un futuro que no existe?

Esto no lo decimos solo con viajar, también aplica si quieres aprender a tocar un instrumento, escribir un libro, pintar, estudiar un idioma, practicar algún deporte.

Te invitamos a que te preguntes por qué no te atreves, qué es lo que te detiene para hacer lo que te gusta, lo que te hace bien.

Al animarte a hacer lo que quieres no pierdes, incluso si no resulta como esperabas. Por el contrario, al no hacerlo pierdes la oportunidad y ganas el reproche eterno de no haberlo intentado, por lo menos.

Cuando tenía 12 años sufrí un accidente automovilístico con mi familia. Si bien el auto quedó en destrucción total, luego de volcar y dar más de 6 vueltas, todos nos salvamos. Mientras sucedía, en el estéreo sonaba el tema de Azúcar Moreno “Solo se vive una vez”.

De grande entendí que eso fue un mensaje, un despertador, una forma de que no olvide que en esta vida estamos de paso y que lo más importante no es acumular cosas. Los objetos pueden ayudarnos a sentirnos bien, pero lo que realmente nos vamos a llevar de esta vida es lo que vivimos y la forma en que la vivimos. Por eso decimos: lo más lindo de viajar (y vivir) es poder compartir(la) con los demás.

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