Continuamos la serie de entrevistas viajeras con Dino (1970) y Aldana (1976), la pareja argentina que está detrás de Magia en el Camino. En 2010 iniciaron un viaje sin fecha de retorno, recorriendo a dedo el camino desde Venezuela hasta su Argentina natal. Fue un viaje de un año y medio de duración que incluía un proyecto educativo. Tras ese primer viaje juntos (por separado ya habían hecho varios), hubo una sucesión de viajes de mayor o menor duración que les llevaron por distintos lugares del mundo, siempre con la magia como recurso para dar ilusión a los más desfavorecidos y para ayudar a financiar los viajes.
En 2014 se unió al viaje vital el pequeño Tahiel que, por supuesto, está llamado a convertirse en un gran viajero desde bien pronto. Charlamos a continuación con estos tres viajeros que, por cierto, se encuentran actualmente en Portugal. Si queréis seguir su viaje o preguntarles cualquier duda, os recomiendo encarecidamente su blog o sus cuentas de Twitter o Facebook.
1. Desde 2014 a vuestros viajes se ha sumado un joven compañero, ¿ya ha hecho su primer gran viaje? ¿que tal se ha adaptado? ¿y vosotros?
Estamos en estos momentos viviendo este primer gran viaje de Tahiel. Creemos que él se ha adaptado sin problemas. Es un niño muy sociable y simpático. Y nosotros tratamos en la medida de lo posible de respetarle sus horarios y sus deseos, y de que haga las cosas que en general los niños hacen a su edad. Por ejemplo, si está en la edad de jugar con masa, lo hacemos jugar con masa, o si está en la edad de leerle cuentos, se los leemos. A nosotros nos costó (y nos cuesta) un poco más adaptarnos. Es que estar tan acostumbrado a viajar de a dos y a vivir de a dos, que al ser tres todo cambia. Lo que más cambia son los tiempos. Es difícil aprender a que el bebé es el que maneja los tiempos. Y si hace se suma que uno durante el viaje trabaja, se complica un poco más. Pero claro que es lo que elegimos y lo que preferimos.
2. La definición de Dino de libertad es “viaje sin fecha de retorno”, ¿tenéis planes de volver a hacer un gran viaje sin fecha de retorno?
Por ahora no tenemos esos planes porque la idea es hacer viajes un poco más cortos, de unos tres o cuatro meses por vez (o uno o dos meses, según el destino). Pero más adelante, puede ser. La idea siempre está. Por otra parte, creo que el haber tomado la decisión de hacer de los viajes y de la movilidad un estilo de vida es como que estamos en un viaje permanente “sin fecha de retorno”, pero en este caso de retorno a lo anterior, no a un lugar. A lo mejor podemos ver todo nuestro presente como un viaje sin vuelta a nuestra vida pasada. Pero sí con vuelta al lugar que elijamos para vivir.
3. Vuestros viajes “sin fecha de retorno” han tenido duraciones diversas, ¿a que se debía el dar por finalizado cada una de esas etapas viajeras?
Siempre el regreso se debió a mi, Aldana. Yo fui siempre la que necesité volver. Cuando uno viaja por mucho tiempo y con bajo presupuesto llega un momento que el viaje se torna cansador. Muchos lo que hacen en ese momento es parar, trabajar en algún lugar, juntar dinero y energía y seguir. Es lo que siempre quiso hacer Dino, pero yo siempre preferí o necesité volver. Y ese “volver” creo que se relaciona con volver a lo que en ese momento sentís tu lugar, que es donde están tus afectos o tus cosas. (Digo “cosas” y me refiero a que puede ser que uno necesite o quiera volver a dormir en su cama, a visitar el bar de la esquina o a leer un libro que tiene guardado, lo digo en una idea amplia).
4. ¿Con que presupuesto diario os manejáis en vuestros viajes?
Todo depende. No tenemos un presupuesto diario. Eso lo teníamos cuando viajábamos 15-20 días que sabíamos que eran esos días solos y dividíamos lo que teníamos por esos días y nos daba un número. Ahora, como generamos dinero en el camino no tenemos un presupuesto fijo. Con los años, fuimos generando más dinero en el camino, por ejemplo ahora con la venta de nuestro libro y con la magia, y nos propusimos tratar de viajar un poco más tranquilos desde lo económico, es decir, tratar de darnos algunos gustos y de no hacer locuras como hacíamos antes con tal de ahorrar dinero. Además, ahora que estamos con Tahiel hay cosas que no podemos hacer. Si antes caminábamos 30 cuadras con 35 grados de calor al mediodía para ahorrarnos el taxi, ahora no podemos exponer al bebé a eso. O esperamos a que baje el sol o nos tomamos un taxi.
Lo ideal cuando uno viaja por mucho tiempo es buscar los medios para generar dinero en el camino.
5. ¿Se puede viajar, ilusionar y sobrevivir al mismo tiempo?
Sí, se puede! Lo que hay que tener en cuenta es que no siempre es todo color de rosa. Todo en la vida lleva un esfuerzo y el vivir viajando también. Lo importante es que eso que elegimos hacer sea lo que nos gusta y, de esa manera, el esfuerzo se hace con más ganas porque sabemos que es para lograr lo que queremos.
6. Leí en una ocasión que si hacías de “clown” solo para financiar tu viaje, terminarías convertido en uno en el peor sentido de la palabra, ¿sucede lo mismo con la magia?
Si uno está más pendiente de trabajar para ganar dinero que de disfrutar del viaje o del arte, la sensación de sentir que estás haciendo las cosas solo por dinero es independiente a la actividad que lleves adelante para financiar tu viaje. En mi caso, yo (Dino) hago magia para ganar dinero, pero también para regalar y arrancar sonrisas y para divertirme. No siento que esté trabajando cuando hago magia. Una vez un camionero peruano mientras hacíamos dedo nos dijo “Si no te gusta es trabajo”, entendiendo que en general la gente trabaja de cosas que no le gustan. Como en mi caso hago lo que me gusta y lo hago tanto por dinero como por diversión y por llevar adelante un proyecto social, no lo siento como trabajo. Creo que el secreto de la felicidad (o uno de ellos) está en hacer lo que te gusta, disfrutarlo y, que además, te dinero para vivir.
7. La parte de proyecto educativo de vuestros viajes me parece genial, pero, ¿cómo lo organizáis? ¿movéis hilos antes del viaje o va todo sobre la marcha? ¿algún problema destacable?
En general lo vamos haciendo durante la marcha. Muchas veces es por personas que vamos conociendo en el camino, que nos alojan por couchsurfing, o que nos contactan a través del blog. En general siempre alguien conoce una escuela rural o alguien que trabaje en un hospital o en alguna institución. Por ejemplo, ahora que nos vamos a Portugal, uno de los chicos que nos va a alojar es scout y conocer varios lugares a donde vamos a ir a hacer el proyecto.
Una de las cosas que más nos llamó la atención cuando lo hicimos en Sudamérica y en sur de África es que a la gente le costaba creer que éramos solo nosotros y que lo hacíamos gratis. Nos preguntaban varias veces si realmente era gratis.
Pero nunca tuvimos mayores dificultades. En nuestro libro, Magia es Viajar, hay muchas experiencias.
8. De todos los destinos en los que habéis estado, ¿cual ha sido el que más os ha sorprendido y cual el que más os ha decepcionado?
La sorpresa viene desde muchos flancos. No a todos nos sorprende lo mismo. Aldana dirá seguramente los pueblos tibetanos y yo, el lago Baikal, en Rusia. Motivos: Aldana siempre dice que allí sintió verdadera paz y yo, rodeado de un `paisaje de ensueño, cumplí 40 años. Cómo verás, el sorprenderse en nuestro caso vino de la mano de sensaciones. Los que más decepcionaron: Aldana dirá que el Machu Picchu por la cantidad de fotos que vio antes y que al llegar, no sintió sorpresa. Sintió que ya conocía el lugar y eso la decepcionó. A mi, me parece que Siberia en verano. Yo tenía una imagen de la tundra a lo largo de la ruta transiberiana nevada y gélida. Sin embargo, cuando anduvimos por allá, hizo 40 grados de calor y las imágenes que mis ojos registraban, nada tenían que ver con las de mi memoria. Puse estos ejemplos simplemente por responder la pregunta, ya que ambos lugares son igualmente sorprendentes. El problema es cuando uno llega con expectativas muy altas y que por algún motivo no se alcanzan, puede aparecer una sensación de decepción, pero eso no es culpa del lugar, es culpa nuestra.
9. En uno de los artículos de vuestro blog decís que “la falta de tiempo es el enemigo del presupuesto”, ¿sois partidarios del slow travel? ¿que opinión tenéis de la gente que pretende visitar un país en 10 días?
Esa frase que siempre decimos no se relaciona con el slow travel. El significado es que si me tengo que quedar 3 días esperando un tren barato, lo puedo hacer porque el tiempo no es una variable que intervenga en las decisiones y podré ahorrar dinero. En cambio, si estamos con el tiempo justo, tendremos que tomar el primer tren que salga, cueste lo que cueste, porque jamás podré “perder” 3 días de mi viaje en esperar un tren y no hay posibilidad de abaratar el traslado. Ahora bien, esos 3 días de espera pueden ser slow o fast y nada tendrá que ver con el presupuesto.
Por otra parte, sí somos partidarios del slow travel, pero eso varía de acuerdo con las circunstancias de cada viaje. No todos son iguales.
La gente que pretende visitar un país en 10 días tiene todo su derecho a hacerlo. Lo más probable es que no tenga más tiempo disponible y no le quede otra. Si lo hace porque le gusta también está perfecto. Dirá que conoce el país aunque quizás no lo conozca. Pero estar un año en el mismo país tampoco asegurará conocerlo. Creo que cuando los viajeros decimos conocemos 40 países, o conocemos 15 países, lo hacemos de manera generalista. Creo que casi nadie conoce esos 15 o esos 40 países de manera completa. Creo que uno jamás termina de conocer ni siquiera el lugar en donde vive. En definitiva, hay tantos viajes como viajeros y no están ni bien ni mal, sólo son diferentes formas de viajar.
10. ¿Qué le recomendaríais a quien nos esté leyendo y piense “como me gustaría hacer lo que ellos hacen, pero no tengo dinero”?
Les recomiendo que busquen alguna forma de ganar dinero durante los viajes y que fundamentalmente se animen si es realmente lo que desean. La vida pasa como agua entre los dedos y cada segundo no vuelve. El secreto es tomar la decisión de ir por nuestros sueños. Luego las cosas se acomodan solas. La magia del camino aparece siempre. Tenemos que tratar de hacer en nuestras vidas lo que nos guste y poder vivir de eso. Amar lo que hacemos. Lo más lindo es irse a dormir cada noche con algo del día para recordar. Que los días no sean intrascendentes. Y eso se logra luchando por lo que queremos. Animarse. Lo más difícil es dar el primer paso.