Con solo una hora de retraso llegó nuestro tren a Hyderabad. A las 2 de la tarde ya teníamos un hotel junto a la estación (justo enfrente) en el que hubo que negociar el precio (aunque la verdad, fuimos muy flojitos). Hotel, comida en un restaurante egipcio y tomamos nuestro primer tuk-tuk para subir al Fuerte Golkonda que se encuentra a más de 30 minutos en hora punta.
La idea era visitar primero las tumbas y luego el fuerte (no están muy lejos una cosa de la otra), pero el destino quiso que nos cayera una rápida lluvia y corrimos a refugiarnos dentro de la fortaleza. Por cierto, que no pagamos entrada y todavía no entendemos por qué (¿quizás era gratis por ser Ramadán? ¿o por ser jueves?). El caso es que para lo que sí pagamos fue para el “trippy” (según la Lonely) espectáculo de luces. El espectáculo en sí es una hora en inglés (de 19:00 a 20:00) contándote la historia del fuerte y la ciudad. El problema es que es el inglés de los indios, que no es que sea el más comprensible del mundo. Yo creo que si hubieran resumido la historia en 20 minutos hubiera sido más efectivo. Algunos visitantes se largaron a mitad, pero no nosotros aunque eramos los únicos occidentales allí.
La fortaleza en sí misma vale mucho la pena. Es una especie de Alhambra, con una historia detrás impresionante y muy bien conservada (algunas partes renovadas a lo bruto, pero bueno…) Arriba del todo hay unas vistas impresionantes de la ciudad y un templo en el que un gurú te recibe, te habla y le das las ofrendas y dónde (todavía no me explico cómo) nos metimos hasta la cocina guiados por una señora (ATENCIÓN: es uno de los pocos sitios de la India dónde podrás hacerlo!!). La verdad, nuestra incursión en el «hiduismo» fue todo un espectáculo (por nosotros, no por el templo).
Salimos ya de noche cerrada del fuerte en mitad de una calle con un mercado muy animado (recordad, estamos en una de las ciudades más musulmanas de India y es Ramadán). Negociamos un tuk-tuk de regreso tan rápidamente que no nos dio tiempo de ver nada del mercado. Así que para quitarnos el mal sabor de boca fuimos a la calle de detrás de nuestro hotel para vivir un poco la noche de la ciudad. Cenamos un pollo con salsa masala y unos panes naan que estaban de muerte y regresamos a dormir antes de las 11 de la noche. Estábamos rendidos tras tantos días maldurmiendo.
Sin despertador y con la protección de la mosquitera que nos trajimos de casa, nos despertamos ya con el día bien entrado. Eso nos impidió ver todo lo que teníamos previsto, aunque no nos importó puesto que ahora valorábamos mucho más estar descansados que ver una mezquita u otro nuevo bazar. Al chico del tuk-tuk le dijimos que nos llevara al Charminar que se supone que es lo más importante de la ciudad y no nos lo podíamos perder. Seguramente lo será, pero nosotros no sabemos apreciar esa forma de arte ya que no nos pareció ni sorprendente siquiera. Se podía entrar, pero pasamos de pagar 100 rupias por ello y eso que el guarda se auto-regateó el precio de la cámara dejándola entrar gratis (en vez de 25 R$). Desde luego, para nosotros fue más interesante el fuerte.
Tras la visita fallida anduvimos por la ciudad deshaciendo el camino hacía la estación parando a comprar en un mercado, pasando por la corte de justicia y en el espectacular hospital que hay enfrente (al otro lado del río). Cuando nos cansamos tomamos otro tuk-tuk para regresar a “casa”, comer e irnos directamente a otra estación desde la que salía nuestro tren a las 16.30 (con su media horita de retraso, claro). Esos sí que fueron momentos de pánico, ya que nos confirmaban que viajábamos en RAC, pero no teníamos una litera para cada uno, sino que teníamos que compartirla, lo cual nos parecía temible después de ver como viajaron algunos pasajeros la anterior noche. Finalmente tuvimos una enorme suerte, puesto que el revisor nos buscó un arreglo dado que una litera quedó libre porque otro pasajero no se presentó. Realojó a nuestro compañero de la litera de arriba y nosotros nos quedamos dos literas laterales (las mejores). El karma parece que está de nuestra parte.
Gastos día 25:
Desayuno: 20 R$
Hotel: 500 R$
Comida: 350 R$
Tuk tuk al fuerte: 150 R$
Espectáculo de luces: 2×130 R$
Tuk tuk de regreso: 150 R$
Cena: 200 R$
Gastos día 26:
Tuk tuk al Charminar: 60 R$
Sharis: 2×100 R$
Tuk tuk de regreso: 50 R$
Picoteo: 18 R$
Comida: 200 R$
Tuk tuk estación de trenes (de una a otra): 50 R$
Botella de agua: 2×15 R$
Cena (en el tren): 98 R$