El trayecto de Mae Sariang a Mae Sot lo realizamos en un songteow (o como se escriba) que parecía más una excursión que un medio de transporte. Muchas agencias te dicen que vayas con ellos a poblados de las “hill tribes” por unos cientos de bahts. Y resulta que si te subes a uno de estos pickups la gente de las tribus viene a verte a ti. Cosas que pasan. Es un medio de transporte muy incómodo para trayectos tan largos (5 horas) pero es increíble la gente que sube, cómo se sorprenden de verte allí, sus gestos, sus acciones, su forma de ver el mundo… Además el trayecto mencionado tiene un inconveniente añadido: los controles de policía constantes debido a la proximidad con la frontera con Myanmar.
En Mae Sariang una cooperante internacional (que en Mae Sot abundan, por cierto), se subió en nuestro mismo songteow. Iba a un pueblo a mitad de camino para dar una charla y se volvía en el siguiente songteow. El caso es que, claro, era época de lluvias, y llegó el momento en que se puso a llover. Y los songteows son pickups abiertas, con lo cual, a primera hora y recorriendo montañas, pues hacía algo de frío. Todos, desde las personas del pueblo que se subieron en Mae Sariang, hasta los de las “hill tribes” que se subieron a mitad de trayecto, así como ella y nosotros, todos, sufrimos ese frío, esa lluvia y la incomodidad propia del medio de transporte. Pues bien, la tipeja esta en una de las múltiples paradas se bajó, se fue a hablar con el conductor y le pidió que le permitiera sentarse con él en el asiento del copiloto. Es cierto que a veces en los songteows viaja alguien en el asiento del copiloto, pero suelen ser mujeres mayores o madres con hijos, no farangs pijas que redimen su conciencia dando charlas de dos horas en colegios remotos. Lo siento, pero no aguanto a las ONGeras de este tipo, dan asco y en Mae Sot se ve perfectamente: cooperantes circulando por doquier con sus super 4×4 y comiendo en los mejores sitios de la ciudad (fue la misma impresión con la que me quedé en nuestra experiencia en Senegal).
Dicho esto, volvamos a Mae Sot, perdón. El songteow, aunque un poco cansino al final, nos dejó en la estación de buses. De allí andando en la dirección correcta (por casualidad) encontramos rápidamente la calle principal de Mae Sot. La zona interesante de Mae Sot es básicamente la carretera que te lleva hacía la frontera con Myanmar y al puente de la amistad, dos calles paralelas más y todas las calles que las cruzan. Allí está el mercado municipal, se montan los mercados de la mañana, de la tarde y de la noche, hay multitud de bazares «todo a 20 bahts», restaurantes, guesthouses y hoteles… Vamos, todo lo que hay en la ciudad está allí, es la zona dónde hay que alojarse.
Nosotros tuvimos suerte, porque no habíamos leído nada de Mae Sot y podríamos haber errado, pero no, encontramos un hotel estilo chino de los años 70 que por 200 bahts por noche nos permitió estar en todo el centro de la ciudad. Eso sí, en el hotel nadie hablaba ni papa de inglés; solo un hombre dominaba una decena de palabras, suficientes para decirnos el precio, pedirnos que le acompañáramos y enterarse de cuando nos íbamos.
Luego, seguimos teniendo suerte puesto que Mae Sot estaba en fiestas y había una feria montada dónde vendían muchas cosas y había algunas atracciones. Eso sí, Mae Sot seguía siendo un pueblo del norte de Tailandia con escasas infraestructuras turísticas, lo cual significa que prácticamente nadie habla en inglés, que no hay muchos sitios dónde comer después de las 20:30 y que la ciudad literalmente se muere a las 21:00. Mucha gente solo viene a Mae Sot para hacer el visa-run y luego se van, cuando en realidad la ciudad tiene su encanto, mucho encanto, de hecho.
En cualquier caso, la feria, el clima fresco, la mezcla de culturas, la gastronomía… nos cautivaron y nos esperanzaron tras la decepción de Mae Sariang.
Gastos:
Betadine (pequeño): 26 B
Songteow a Mae Sot: 2×200 B
Hotel: 200 B
Comida: 107 B
Camiseta en la feria: 50 B
Cena (pad thai en la calle): 50 B
Helado: 17 B