A las 7 de la mañana bajamos a por nuestra moto y pagamos una noche más (preferíamos ver tranquilamente el parque histórico sin una hora de regreso obligatoria). La primera parada fue en un 7-eleven para desayunar. Hemos descubierto unos fantásticos batidos de leche con cacao que se preparan con o sin hielo en una maquinita que tienen junto a la de los fresi-shuis (sí, como los de los Simpsons). La segunda parada fue en la gasolinera puesto que la moto nos la dieron sin combustible y tuvimos que parar a poner. Es un sistema muy malo puesto que tienes que calcular antes de salir cuanto vas a gastar, ya que no te devuelven la parte proporcional no consumida. Es mejor dejar claro antes del alquiler que solo aceptas motos con el depósito lleno (si es que tienes capacidad de negociación, claro).
Las ruinas están a 14 km en una carretera recta de varios carriles y con un tráfico moderado. No hay ningún problema en llegar allí con la moto. Nada más llegar tienes que sacar las entradas en la taquilla y pagar un suplemento por entrar la moto (20 B, que hubieran sido 10 B por bici si hubiéramos venido con ellas).
Los templos están relativamente cerca. Si además el día no es de mucho calor, como el que nos tocó a nosotros, alquilar una bicicleta en la puerta del templo no es una mala opción (todo llano y en un radio de pocos kilómetros). Eso sí, cuidado con el calor. Con la moto, recorrimos todas las ruinas de la parte central en la mañana y salimos de ellas a comer por una puerta secundaria dónde había un guardia que nos dejó salir y luego entrar sin mostrar siquiera nuestras entradas. Comimos en un restaurante fuera del complejo por lo que la comida nos salió bastante bien de precio.
Ahora mismo, solo se paga entrada para acceder a la parte central y a un par de ruinas de la parte norte (las más interesantes, claro). El resto son gratis, aunque menos interesantes. Nosotros pasamos de pagar 100 B por persona más para ver dos ruinas, que además con acercarse a la puerta se podían ver un poco. Así que en vez de eso nos fuimos a echar una siesta al cesped rodeados de budas. A eso de las 5 nos despertamos y fuimos a ver algunas de las ruinas de la parte sur que son gratuitas también. Luego, antes de regresar a la Nueva Sukhothai, nos paseamos por el mercado de la ciudad vieja con unas rodajas de melón (el mercado, así como algunos alojamientos, restaurantes, templos, etc se encuentra justo antes de llegar a la puerta del complejo; hay gente que se queda allí, pero parece poco recomendable, la verdad).
Sobre la ciudad histórica de Sukkothai, he de decir que me la esperaba más grande, con más cosas que visitar, pero aún así es muy interesante ir a verla. Se puede ver perfectamente en una mañana, así que no es descabellado dormir en Sukkothai, visitarla durante la mañana y tomar un bus a Chiang Mai después de comer. Hay otro parque a unos 30 kilómetros que también puede ser interesante visitar (nosotros no lo hicimos).
Tuvimos mucha suerte, el cielo estaba gris todo el día, pero no empezó a llover hasta que llegamos a la guest-house y devolvimos la moto. Una duchita, nos cambiamos y bajo una fina lluvia salimos a cenar. No hacía falta llevar chubasquero para nada, puesto que a esas horas, ya de noche, incluso con lluvia, sigue haciendo calor y el refrescarse hasta se agradece.
Cenamos en el mismo lugar que la noche anterior habíamos saboreado unos impresionantes Pad Thai. Hay que probar los Pad Thai de Sukkothai, son diferentes, buenísimos. Tras al cena, dimos un paseo e Ivan se dio su primer masaje Thai. Una experiencia impresionante de la que escribiremos en otro momento.
Moto: 250 B + 50 B (gasolina).
Noche extra: 250 B
Desayuno: 50 B
Agua: 14 B
Coca-cola: 20 B
Entradas: 2×100 + 20 B = 220 B
Comida: 120 B
Melón: 20 B
Cena: 55 B
Masaje Thai: 200 B
Helado y Agua: 29 B
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