Jueves 12/10 – Repasando lugares
Es nuestro último día en Nueva York. Lo hemos visto casi todo (o eso creemos), pero queremos volver a visitar los lugares que más nos han gustado. También queriamos ir a Brooklyn, pero en la guía que tenemos tampoco dice nada en especial (salvo cruzar el puente para ver las vistas desde la otra parte). Pero antes de todo eso, desayunamos en un puestecito callejero (2’5$) para coger fuerzas.
Decidimos ir en metro hasta Brooklyn y buscar el paseo maritimo dónde se puede ver la zona financiera de Manhattan. El paseo está precioso, con ambiente otoñal, con el suelo lleno de hojas. Nos sentamos para ver tranquilamente las vistas (y porque estamos cansados). Cuando nos parece, caminamos hacia el puente y lo cruzamos. Un paseo muy interesante.
Cogemos un tren y bajamos en Lexinton. Nunca antes habiamos recorrido esta avenida. La habiamos cruzado y habiamos andado por ella, pero sólo algunos cientos de metros. Nos gustó mucho este paseo, es diferente. No se como explicarlo, pero no es lo mismo que andar por la quinta avenida o por Broadway, tiene otro ambiente… Decidimos comer allí mismo en un restaurante italiano donde las raciones de pasta de tamaño pequeño son más grandes que las gigantes en Europa (15$). Después de comer visitamos el edifio Chrysler (sólo el vestibulo, porque ahora no se puede subir arriba).
Decidimos volver a ChinaTown, esta vez vamos de compras. Tenemos que buscar algunos recuerdos y algunos regalos. Compramos 6 camisetas por 10$ (sí, 10$ todas, nos quedamos alucinados con los precios). También compramos una correa para los pantalones (3$), un iman de nevera (1$), un collar étnico (1$) y una revista de quads (5$). Visitamos más extensamente el barrio chino que, en realidad, no lo es, dado que hay una parte coreana, una tailandesa, etc.
Volvemos a Times Square en metro y comprobamos que no hay nada a buenos precios en la TKTS. A fuerza de desengaños hemos descubierto que es muy dificil (para nosotros fue imposible) encontrar buenos precios en la TKTS. Las entradas que se ponen a la venta con descuento no son las de menor precio. Esas las debes comprar directamente en taquilla, porque en la TKTS no suelen estar. Seguro que hay un truco, pero no lo encontramos.
Desde Times Square cogimos un metro a la estación del ferry de Staten Island donde habiamos quedado con Sofia. Sin embargo, el metro va más lento de lo que querriamos y, encima, nos metemos en el vagón equivocado (a nuestro destino sólo viajan los primeros tres vagones). Como resultado perdemos a Sofia a la que ya no volveriamos a ver. Regresamos a Staten Island por la noche porque es lo que más nos gustó de NYC, es una imágen preciosa.
Cogemos otro metro hacia Grenwich Village, por la zona cercana a la plaza Washington que nos gustó bastante cuando estuvimos. Acabamos cenando en una pizzeria llena de gente hablando italiano (9$).
Viernes 13/10 – El regreso
El último día nuestro vuelo salia por la tarde, pero teniamos que salir justo después de comer. Hicimos las maletas y bajamos a la recepción para dejar las maletas. Nos cobraron un dolar por cada maleta (2$ en total). La mujer que había en la recepción nos cobró además del precio pactado, el dinero que nosotros ya habíamos pagado en concepto de reserva a la web Hostelz.com. No lo entendiamos y le pedimos una explicación. La mujer estuvo super-borde y no cedió en ningún momento. Tuvimos que pagar (era sólo un 10%, pero jode).
Un poco cabreados, salimos hacia la quinta avenida para pasear camino a Times Square para verla por última vez. De camino hacía Times Square, desayunamos por última vez uno de esos magnificos donuts que venden en la calle (3$). Llegamos a Times Square y nos encontramos con el famoso «naked cowboy», curioso personaje. Paseamos un rato y cuando nos cansamos volvimos en metro hasta las cercanias del hotel, dimos una vuelta por allí para hacer hambre y comimos en el restaurante de los mexicanos ilegales (14$).
Fuimos a recoger nuestras maletas y nos subimos en el metro. En un par de horas estabamos en el aeropuerto. No nos imaginabamos lo que nos esperaba. La paranoia terrorista provoca larguisimas colas, te tienes que quitar los zapatos, pasan controles de Antrax a tus maletas, te obligan a tirar o beberte los líquidos… Impresionante.
El resto bien. Durante el vuelo proyectaron un par de peliculas, una comedia tonta de cuyo nombre no quiero acordarme y otra que ni nos enteramos porque estabamos durmiendo. La comida la típica de los vuelos. Nos quedamos a dormir en Madrid y al día siguiente tomamos el vuelo de regreso. Por cierto, el hostal Opera Backpackers de Madrid es buenísimo. Ya hablaremos de eso en otro momento.