Buzios es la típica ciudad de playa. Es como Calpe por ejemplo. Básicamente se compone de un pequeño conjunto de casas al que llaman “centro” y dónde están la mayoría de tiendas, el puerto, algunas playas, cajeros, la oficina de turismo, etc. y una serie de urbanizaciones y viviendas dispersas que se conectan a través de una carretera.
Para moverse por aquí hay unas furgonetas con capacidad para unas 10 personas que cuestan generalmente 2 reales y conectan diferentes puntos a lo largo de la carretera. También hay autobuses, más caros, que conectan Buzios con Cabo Frío y Arraial do Cabo. Otra forma de moverse es alquilar un buggie (a partir de 70-80 R$) o andando, aunque las distancias entre el lugar dónde te encuentres y las playas puede ser considerable.
Lo que atrae a la gente a Buzios son sus playas: muchas y variadas. Tiene desde playas realmente feas (como las cercanas al centro) hasta playas de aguas transparentes dónde se pueden ver muchos peces con un snorkel (Joao Fernandez), pasando por playas para hacer surf (Geribá) o una playa nudista (Olho de Boi).
Además Buzios tiene una gran reputación entre los Argentinos, que vienen en masa a veranear a este enclave. Esta es una de las cosas que nos hace guardar un excelente recuerdo de estas playas, ya que nos encanta charlar con los porteños y aquí pudimos tener la oportunidad de conocer a muchos.
El viaje desde Río son poco más de 3 horas, pero es realmente caro comparado con otros trayectos mucho mayores. Nuestro hostel estaba situado cerca de una laguna, en un lugar muy cercano a la carretera principal, por lo que el movernos era realmente fácil. Además también está situado junto a un supermercado Princesa y tiene cocina completa, por lo que pudimos ahorrar mucho dinero comiendo y cenando en el hostel. El hostel se llama Lagoon Backpackers y es muy recomendable, a pesar de que el dueño no es especialmente simpático en un principio, pero se va soltando conforme pasa el tiempo.
El primer día por la mañana solo visitamos la playa de Geribá, pero ni nos bañamos. Por la tarde visitamos las playas del centro, que no tienen nada que ver. El segundo día, elegimos la playa de Tartaruga y allí nos tiramos todo el día, comiendo de picnic con lo que habíamos cogido en el buffet del desayuno (sandwiches de tomate, jamon york y queso) y un zumo de un litro que compramos. Por cierto, la gente se monta sus almuerzos delante del dueño sin ningún tipo de reparos, debe ser costumbre del lugar.
Nos quemamos en la playa. Somos así de tontos. A pesar de que había sombra, nos emocionamos con el snorkel y acabamos rojos como cangrejos. Por cierto, el agua está fría, mucho, y parece ser que se trata de un tema de corrientes, que llegan a esta costa directamente desde el interior del océano.
Gastos 27:
Bus local → 2×2’75 R$
Bus buzios (I/V) → 2×80 R$
Hostel → 108 R$
Comida super → 15 R$
Bus centro → 2x2x2 R$
Cena super → 6 R$
Gastos 28:
Anti-Mosquitos → 8’5 R$
Almuerzo → 4’5 R$
Supermercado (cena) → 13 R$
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