Una de las excursiones que las agencias de viajes te ofrecen con insistencia desde Ao Nang es la de las 4 islas. Las 4 islas son cuatro islas que se encuentran justo enfrente de Ao Nang y que pueden verse a simple vista tanto desde el propio Ao Nang como desde Railay. Tres de las islas están habitadas o al menos habilitadas para poder pasar allí el día y la otra (Chicken Island) se conserva como un parque natural (aunque de hecho, todas pertenecen al parque natural de las Phi Phi).
Sin embargo, las excursiones a estas islas son un poco truño. Me explico: lo que hacen las agencias es llenar una long-tail que sale a primera hora de la mañana (bueno, a las 9, eso para nosotros ya era primera hora) y va de una isla a otra dejándote en una playa entre 30 y 60 minutos para que visites la isla o nades (excepto en Chicken que solo se ve desde el barco porque está prohibido bajarse). A mediodía ya estás de nuevo en Ao Nang de regreso para comer. La verdad es que hacer esta excursión no es excesivamente caro, especialmente en temporada baja, pero nosotros preferíamos ir a una sola isla y pasarnos todo el día tranquilamente en ella. Elegimos la isla de Poda, que es la más cercana y la más grande de las 4 islas.
Para ello, hay que hacer lo mismo que para ir a Railay, pero en este caso en vez de comprar un billete de ida o ida y vuelta, lo que compras es un billete de ida, espera y vuelta, es decir, que el mismo long-tail que te lleva, te espera y regresa a la hora convenida con el límite esta vez de las 5 de la tarde. Además para esto es necesario que exista un grupo suficiente de personas ya que el long-tail no se mueve si solo van dos pasajeros. Volvimos a tener mucha suerte puesto que otras dos parejas que también querían ir a Poda estaban ya esperando. Lo único malo de esto fue que no nos dió tiempo a ir al 7-eleven a comprar provisiones para el picnic en la playa.
Tras un tranquilo viaje de 20 minutos, el long-tail nos dejó en la playa de Poda, convenimos la hora de regreso (las 5) y cada una de las tres parejas se fue por su lado.
Poda es una pequeña isla privada que tiene un restaurante y un hotel. Cuando digo “privada” me refiero a que hay alguien que es el propietario de la isla o eso dice un cartel que te encuentras justo al bajar del barco y dónde te indican que debes pagar una tasa por estar allí que nadie pagó (creo). Por lo demás, Poda solo tiene una playa, pero es muy grande y casi rodea toda la isla. Lo mejor de la playa son los dos extremos, la playa que encuentras nada más bajar del barco a la derecha (con un gran islote karstico enfrente) y la del lado izquierdo de espaldas al mar que, aunque está más lejos, es de aguas transparentes, solitaria e ideal para el snorkeling. El interior de la isla está ocupado por los diversos bungalows del hotel.
Nos ocurrió algo curioso. Primero habíamos estado en la zona izquierda, dónde después de que se fuera un barco de excursiones nos habíamos quedado totalmente solos, y luego fuimos a la zona derecha para disfrutar de las vistas desde allí mientras nos bañábamos. En eso que pasamos por delante de la long-tail en la que veníamos y allí estaban las dos parejas junto al capitán. La chica de una de las parejas, una alemana, nada más vernos se abalanzó sobre nosotros para decirnos que teníamos que irnos ya, que se avecinaba una gran tormenta y que luego no podríamos regresar, que unos amigos suyos se habían quedado atrapados en Phi Phi dos días por una tormenta… Estaba totalmente histérica y quería que volviéramos a las 3 en vez de a la hora convenida (las 5) con esos argumentos. Le explicamos que nosotros habíamos elegido ir solo a una de las 4 islas precisamente para poder estar todo el día, que es época de lluvias y las tormentas son frecuentes, que debería habérselo pensado antes de venir si temía este tipo de circustancias y que sintiendlo mucho, nosotros íbamos a disfrutar de nuestra estancia hasta la hora marcada. Ni que decir tiene que nuestros argumentos no la convencieron y que se fue cabreada y no nos volvió a hablar en todo el día ni en el trayecto de regreso que, por cierto, sí fue movidito bajo la tormenta, pero es que además para nosotros ese es precisamente uno de los alicientes extras de una excursión en long-tail, que parece que te hayas subido a una atracción de Port Aventura.
Comimos nada más llegar en unos puestos de la calle y regresamos al hotel dónde nos duchamos y mientras Nuria chateaba, Ivan aprovechó para probar los thai massage del sur. Tras la cena hicimos algunas compras y reservamos el pasaje de ferry a las islas Phi Phien una agencia de viajes. En temporada baja solo las agencias de viajes venden pasajes para Phi Phi y, por cierto, hay que comparar precios y regatear, porque puede haber mucha diferencia entre una y otra.
Gastos 21A
Desayuno: 40 B
Barco a Poda Island: 2×300 B
Hotel: 200 B
Comida: 90 B
Masaje: 200 B
Cena: 188 B
Camisetas: 3×100 B
Cojines: 10×20 B
Ferry a Phi-phi: 2×300 B