El tren por fuera es bastante cutre, pero por dentro es muy confortable.
El tren por fuera es bastante cutre, pero por dentro es muy confortable.

Nos quedamos en el momento de abordar el tren Bangkok-Hat yai. La verdad es que por fuera el vagón de segunda clase en el que teníamos que ir tenía bastante mala pinta, pero una vez arriba, resultaba bastante cómodo. Tienes mucho espacio para dejar las mochilas y como asiento. Además la pareja que nos había cogido la parte de abajo de nuestras literas, accedió a dejarnos sentarnos juntos (se supone que la persona que va en la litera de arriba y abajo viajan juntos, pero la gente prefiere reservar los dos de abajo: mejor hacer la reserva muy anticipada si quieres pillar la litera completa o dos de abajo).

Pensábamos que en un tren de estas características no sería como en otros trenes en Tailandia dónde hay gente vendiendo productos por los pasillos, pero nos equivocamos. Durante gran parte del trayecto, el tiempo “antes de hacer las camas” hubo gente arriba y abajo vociferando productos y precios en tailandés. En algunas paradas largas, la gente aprovechaba y bajaba del tren para comprar víveres, ya que los vendedores del tren ponen precios bastante exagerados.

Las camas las montan los “técnicos” más o menos a solicitud de los usuarios, pero llega una hora en la que empiezan de atrás a adelante y las dejan todas montadas. Si quieres adelantar la hora de acostarte no hay problema, pídelo y ellos te la montan. En ese momento, la gente que vende comida deja de aparecer (salvo algún rezagado) y si no has comprado algo te quedas sin cena, porque no hay un vagón restaurante.

La noche a bordo del tren no estuvo nada mal, las literas de arriba son muy cómodas e imagino que las de abajo también. Incluso Ivan, que estaba con fiebre (un simple resfriado), pasó bien la noche sin necesitar nada más que un ibuprofeno y una botella de agua. Eso sí, el tren funciona como todos los trenes de Tailandia, es decir, vía vendedores ambulantes que pasan cuando pasan y traen lo que traen, por lo que si quieres comer en el mismo tren (que es factible) nuestra recomendación es que te acostumbres a sus horas, porque nosotros nos quedamos sin cena. Luego por la noche, cuando casi todos dormían, pasaba de vez en cuando la mujer que vendía bebidas, pero no llevaba nada de comida.

Gastos:

Desayuno: 38 B
Bus Chatuchak: 2×6’5 B
Coca-cola bar: 20 B
Bus regreso: 2×15 B
Bus a la estación: 2×6’5 B
Choripanes (panaderia cerca del hostel): 2×30 B
Comida: 110 B
Baño estación: 2 B
Provisiones: 32 B
Coca-cola tren: 20 B

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