Domingo 8/10 – Descubriendo la ciudad
Nos levantamos relativamente tarde (9:30), nos duchamos y salimos. Pretendemos no estar tan quemados al final del dia. Nueva York es una ciudad enorme, con larguisimas calles y avenidas, con cientos de tiendas y restaurantes. Hay mucho para ver y poco tiempo. Es una ciudad muy dura.
Vamos a Union Square y terminamos el trozo de ruta que nos quedaba del MidTown hasta el Empire State Building. Desayunamos en el camino, en un burguer (5$). A parte de la propia Union Square y el curioso Flatiron Building, no hay nada interesante hasta encontrarte con el imponente Empire State.
Hay que subir al Empire State. Son 2 o 3 horas, entre la cola para entrar, comprar las entradas (2×16$) y la visita en si misma. Arriba puedes estar todo el tiempo que quieras, no te ponen limites. Hay baños, una cabina telefónica, una tienda de souvenirs y un bar (caro). Las vistas son impresionantes. Hay que tener suerte y encontrar un dia sin mucha niebla. En la entrada hay siempre un cartel que indica cual es la visibilidad (en nuestro caso fueron 25 millas, muy buena). Dicen que lo ideal es llegar por la tarde y esperar a que anochezca para poder ver de dia y de noche la ciudad. Personalmente creo que si subes muy tarde la luz no va a ser optima para las fotografias y si vas mucho antes vas a pasarte un rato aburrido alli… Lo mejor es subir aqui por la mañana y por la noche, otro dia, subir a otro edificio o, mejor, ir hasta Brooklyn o Staten Island donde tambien se conseguiran grandes fotos nocturnas.
Despues de la visita al Empire State Building, continuamos hasta terminar en la estacion central. Comemos en un Sbarro (tipico restaurante italiano de comida rapida de EUA), donde se come mucho y no es demasiado caro (16$).
Despues de comer, seguimos hacia el barrio de los artiastas y hacemos media ruta desde Bedford hasta Washington Park. La zona nos gustó bastante, muy animada, quiza la zona mas europea de la ciudad… Washington Park, nos gustó especialmente. Llegamos allí ya de noche y había muchísima gente, todos jóvenes, cada uno a su bola. También había un grupo de música que lo hacían realmente bien. La mejor definición: una plaza bohémia de París en mitad de Nueva York.
Ya que nos gustó la zona, nos quedamos a cenar allí en un McDonnals (5$). Y después de cenar, dimos un paseito y cogimos tranquilamente un metro a casa… Bueno, tranquilamente no. Nos equivocamos y cogimos un tren express, por lo que nos pasamos de largo y tuvimos que bajar en pleno Harlem Sur de noche (serían las 9 o las 10). No pasó nada, no vimos nada raro (excepto a la gente que hablaba en Spanglish, impresionante), aunque supongo que tambien tiene algo que ver que nuestras pintas pasen desapercibidas en una comunidad latina.