Las hienas son otro de esos animales más bien feos que luego resultan bastante atractivos. Eso que dicen de que parece que las hienas se estén riendo es cierto, pero solo lo parece, en realidad no creo que le haga ninguna gracia que los humanos merodeen por su territorio. Mejor no acercarse.
Físicamente son como perros con el cuello largo; del tamaño de un pastor alemán grande, más o menos. No son fáciles de encontrar, aunque sería raro irse de Kenia sin ver algunos ejemplares.
Son carroñeros, por lo que a la hora de buscarlos hay que hacerlo cerca de los animales abatidos por los depredadores. A diferencia de los buitres o incluso de los leones que prefieren partes blandas (intestinos), las hienas se conforman con una pata u otra parte ‘dura’ del animal. Con sus fuertes mandíbulas no tienen muchos problemas para romper una rodilla o duros huesos.