Belo Horizonte es una ciudad normal. Normal en todos los sentidos, tanto positivos como negativos. Positivo en el sentido de que todo es correcto, es una ciudad dónde se puede vivir, con parques, zonas verdes, calles anchas, etc. Negativo en el sentido de que no ofrece nada espectacular, nada especial que haga que merezca realmente la pena visitar la ciudad salvo que estés de paso por aquí. Sinceramente, si tuviéramos que volver a planificar el viaje creo que Belo Horizonte no estaría entre nuestras opciones.
Básicamente de Belo Horizonte destacaría 3 cosas: el Inhotim, el mercado municipal y la Pampulha.
El mercado municipal es simplemente un mercado cubierto (dónde, por cierto, hace mucho calor). La particularidad es que todo está muy ordenado, muy bien expuesto y resulta altamente pintoresco. Sería algo parecido al mercado de la Boquería de Barcelona. Nosotros lo visitamos y acabamos comprando una piedra de cocinar que ya habíamos visto en Ouro Preto y que más o menos salía por el mismo precio. En el mercado hay una combinación de productos para brasileños y productos para turistas.
La Pampulha es un área a unos pocos kilometros del centro (se va en un bus local) que consiste en una serie de áreas verdes alrededor de un lago artificial dónde se puede pasar el día. En una de las paradas del bus está la famosa iglesia de San Francisco de Asís, obra que lanzó a la fama al arquitecto Niemeyer. Se puede visitar por dentro bajo pago, pero lo realmente interesante son los exteriores. También es muy fácil de ver alrededor del lago al mayor roedor del planeta: las capibaras. Son una especie de cobayas gigantes de un tamaño superior al de un perro.
Pero lo más interesante de Belo Horizonte no está en Belo Horizonte, sino en una población a 45 minutos de la capital. Se trata del Inhotim, un museo de arte moderno al aire libre con unas dimensiones bastante mayores de lo que estamos acostumbrados. Para mi, la visita a este museo, valió de por si para justificar la estancia en Belo Horizonte. Es un espectáculo para los sentidos, un jardín botánico trufado de grandes instalaciones de arte moderno. El museo da para pasar todo el día, llevad comida y bebida si queréis, aunque hay varios sitios dónde comprarla. Para ir, desde la estación de autobuses sale un autobús cada mañana a las 9:15 por 33 R$ ida y vuelta. Además, los martes es gratis la entrada al museo, por lo que no hay excusa si os pilla por ahí. Y un último consejo: mi instalación favorita es la Galeria Cosmococa, pero no vayáis a primera hora, id cuando el calor esté apretando más y os apetezca refrescaros, descansar y disfrutad. Entenderéis porque os lo digo en cuanto vayáis.
Y como decía al principio, creo que no vale la pena venir hasta Belo Horizonte a propósito salvo que te pille de paso. Sin embargo, si tienes un día de paso por Belo y tienes la oportunidad de acudir al Inhotim te lo recomiendo encarecidamente (el bus sale a las 9:15 y vuelve sobre las 18:30).
Gastos 1 de abril:
Bus BH → 2×24 R$
Hostel → 128 R$
Comida → 25 R$
Cena → 6 R$
Regalos → 3’2 R$
Gastos 2 de abril:
Bus local → 2×2’8 R$
Bus Inhotim → 2x2x16’5 R$
Bebidas → 5’5 R$
Gastos 3 de abril:
Bus → 3x2x2’8 R$
Piedra de cocinar → 36 R$
Comida → 23’9 R$
Cena → 8 R$
Bus nocturno a Angra dos Santos: