Sería muy complicado encasillar a Fran en una profesión o trabajo en concreto. Ella se define como periodista y viajera a tiempo completo, pero la verdad es que también podría haber dicho que es diseñadora, jardinera o una decena de oficios más. Gran parte de su experiencia laboral y vital, y su blog es prueba de ello, se ha desarrollado en diversos barcos de crucero, trabajando en cruceros, no de vacaciones en el mar precisamente.
Ahora, tras varias experiencias a bordo de cruceros en distintas navieras, lo ha vendido todo y ha empezado a mochilear y a contarlo todo en su bitácora.
Es por toda esta experiencia que os recomiendo encarecidamente que os estudiéis el blog de Fran si queréis trabajar en cruceros, pero también si simplemente queréis conocer una experiencia diferente de una viajera de las buenas. Visitad su blog, su face o su twitter para seguir sus pasos.
Para poder viajar y financiarte el viaje te enrolaste en un crucero, ¿se pueden llegar a conocer los destinos que visitas o hay tanto trabajo que es imposible?
Tuve suerte, sin querer elegí un trabajo sin saber si podría salir en los destinos que visitábamos. Por ley las tiendas deben estar cerradas cuando el barco está en puerto.
Te doy un ejemplo: cuando uno de mis barcos iba a Alejandría, se quedaba casi dos días en puerto. Para los vendedores eso significaba que teníamos un día y medio libre para hacer lo que se nos antojara. Lo mismo ocurre con los chicos del casino. La mayoría de las posiciones no tienen ese privilegio. De los países en que he estado, a la mitad fui por mi cuenta, y a la otra mitad, por barco. He estado en más, pero no entran en mi listado si solo he estado una vez o muy poco rato, como es el caso de Noruega.
«De los países en que he estado, a la mitad fui por mi cuenta, y a la otra mitad, por barco»
Al menos se ganará bastante dinero como para poder viajar luego, ¿no?
Los trabajos como bartender reportan mucho dinero, pero tiene poco tiempo libre, al menos en puerto. Un ex novio hacía un promedio de 10 mil dólares mensuales. Él era genial y los pasajeros lo bañaban a propinas, pero apenas nos veíamos. Los oficiales también tienen buenos sueldos, pero eso implica estudiar una carrera relacionada. Yo prefiero ganar menos, pero poder salir a explorar más. Los músicos ganan bien, tienen bastante tiempo libre y a veces tienen cabina de pasajeros. Como vendedora, lo que menos he ganado es US $1.200 y máximo US $2.000 al mes.
En el blog explicas que has trabajado de un montón de cosas y además ofreces tus servicios como periodista y diseñadora, en general ¿cómo financias tus viajes?
Por lo general, ahorro antes de viajar y siempre tengo un «colchón» de dinero. Ahora que La Vida Nómade está agarrando vuelo y ya me titulé de periodista, estoy haciendo trabajos freelance. Mis amigos dicen que multiplico los panes, pero desde niña soy muy busquilla. Cada vez que volvía de un barco traía cosas para venderle a las amigas de mi mamá. Además, soy de la mentalidad del hágalo usted mismo. Por lo general, si quiero un vestido, me lo hago. También entrego un servicio de consultoría personalizada sobre trabajo en cruceros. Hago muchas cosas al día y dejo de hacerlas para dedicarle tiempo a eso, pero a veces la gente no entiende que el tiempo ajeno no siempre puede ser gratis. Para eso está la información de mi blog.
«Tenía que vender collares de 8000 U$D y quería decirle a mis clientes: ‘Señora, olvídese de los diamantes, viaje más'»
Pero mi verdadero secreto para financiar viajes está en mantener un estilo de vida frugal. Difícilmente me verás con un reloj de 500 dólares. Vivo bien, pero a mí esas cosas no me interesan, ni el estatus ni las marcas. Me aburre ese tipo de gente. Una vez, el gerente de la tienda de un barco me puso en la joyería y yo me quería matar. Tenía que vender collares de US $8.000 a personas que habían ahorrado años para tomarse un crucero. Yo quería decirle «Señora, olvídese de los diamantes, viaje más».
En Nueva Zelanda los gastos parece que fueron muy altos, pero en general, ¿cual suele ser un gasto mensual normal durante el viaje?
No te puedo dar un monto preciso, porque mi presupuesto depende estrictamente del lugar donde vaya. El último viaje que hice fue a Tokio y hasta volví con dinero. Trato de mantener un orden con los gastos diarios y si un día gasto mucho, al otro me restringiré. Por lo general hago recortes en la comida. Si no me gusta la comida de un lugar, puedo vivir de avena, arroz y tomates. En Tokio no escatimé en gastos porque es mi gastronomía favorita. Pero lo que gastaba en comer, lo ahorraba caminando lo más posible. Siempre me encuentro con viajeros que gastan el doble que yo, pero hacen la mitad. Nadie entiende como lo hago —ni yo—, pero soy muy buena con los presupuestos. Supongo que es mi talento oculto.
En el primer artículo que leí de tu blog asegurabas que el alcohol fue un grave error al inicio de tu viaje y que después de Nueva Zelanda te replanteaste la forma de viajar, ¿hasta que punto el alcohol puede estropear un viaje?
Yo era una party animal desde mucho antes de ir a NZ, era de ésas que se iba de fiesta hasta las 8 am y nunca parecía perder la energía, sin siquiera tomar drogas. Pero al otro día igual tenía que levantarme a las 9:30 am para trabajar en el hostal. Luego dormía en la tarde y no aprovechaba mucho. Para mí y mis amigos del hostal la vida empezaba alrededor de las 8 pm. No todos los días eran así, por supuesto. Pero no me arrepiento. Aún hay fiesta en mi vida, pero no como antes.
Volviendo al tema de los cruceros, en tu blog explicas que una de las razones por las que es interesante ser tripulante al menos una vez en la vida es por la experiencia, ¿qué tipo de experiencia?
Hay muchas historias y personajes muy particulares de los que podría escribir. Imagínate: te subes a un barco donde hay mil tripulantes de todas partes del mundo. Es como el barrio de Astoria en Queens, Nueva York, o como un reality multinacional en alta mar. Hay romance, discusiones, fiestas, drama, de todo, del que no puedes huir en seis meses. Puede ser entretenido, pero también agotador. Además, aprendes a apagar incendios, te certificas en primeros auxilios, aprendes a trabajar bajo presión, a qué hacer en caso de emergencia y mucho más. Mi último contrato tenía un itinerario aburridísimo, siempre lo mismo, no salíamos de Bahamas, pero trabajaba con un francés y un brasilero con los que nos hicimos muy amigos. Los pasajeros eran jóvenes y buena onda, lo que no siempre es el caso.
«Creo que existe una suerte de enfermedad del tripulante que hace que siempre quiera volver a embarcarme»
¿Volverás a subirte a un crucero?
Lo estoy pensando. Creo que existe una suerte de enfermedad del tripulante que hace que siempre quiera volver. Imagínate que solo iba a hacer un contrato y ya llevo ocho, aunque solo hice dos de 6 y 7 meses. Si vuelvo sería para ahorrar y tener ese colchón del cual te hablaba antes. Pero siempre que sea un itinerario interesante.
También creo que hay un vínculo que debo cortar. De cierta manera es muy cómodo estar a bordo: no cocinas, no limpias, no gastas en transporte para ir al trabajo, entre otros. Cuando estás en tierra, tiendes a idealizar el trabajo en cruceros y te olvidas de lo negativo, como lo es estar 12 horas de pie en un día de navegación, cuando el barco no visita ningún puerto. A veces hay pasajeros insoportables. Pero extraño estar en medio del océano: siempre en algún momento del día me paseaba por la cubierta a mirar el oleaje y sentir el viento en la cara. Es una de las sensaciones más lindas que conozco. Lo más irónico de todo es que yo jamás viajaría en un crucero, a menos que sea por trabajo. Prefiero mochilear.
En uno de tus artículos hablas sobre los blogs de viajes y le das bastante duro a cierto tipo de blogs que solo viven buscando blogtrips y sin ningún espíritu de comunidad, ¿hasta qué punto está podrida la escena bloggera? ¿Crees que puede durar o terminará por haber una catarsis?
La mayoría queremos vivir de nuestros blogs, pero creo que hay mucho charlatán dando vueltas dando cátedra con posts como «La guía definitiva para hacer tu mochila». Lees y te das cuenta que el tipo hace la mochila peor o igual que otros 200 blogueros. Me agota leer un artículo donde siento que me están tratando de vender algo cada tres líneas. Me recuerda a esos infomerciales americanos del tipo «por la compra de este cuchillo, llévate este set de tenedores. Y no olvides que las primeras 500 personas que llamen se llevarán un descuento del 90%«.
Sin embargo, también creo que hay muchos blogueros buenísimos que sí saben hacer la mochila y además te cuentan una historia increíble de cómo esa mochila los acompañó a tal viaje. Pero ellos se pierden entre estos blogs pseudo exitosos que tienen mucho SEO y poco contenido de calidad. Creo que más temprano que tarde los lectores van a pasar de largo cuando vean ese tipo de titulares. No digo que desaparezcan ni que se dejen de usar enlaces de afiliados, sino que exista un equilibrio.
En cuanto a la falta de comunidad me refería más que nada a lo que ocurre en Chile. Recién creé un grupo de «Blogs chilenos de viajes» para que nos conozcamos, compartamos datos, no solo de viajes, también de hosting y plugins, WordPress, etc.
¿Qué destinos te esperan ahora que eres libre?
Después de Japón y Corea quedé obsesionada con la cultura asiática. Es muy diferente a todo lo que había visto antes y me falta muchísimo por ver. También quiero ir a Rusia, Croacia y Uzbekistán. Me gusta ir a lugares donde no hablan tu idioma y hay que ingeniárselas para comunicarse. Te obliga a ser creativo.
Sin embargo, soy un poco nerd y siempre están las ganas de estudiar, sobre todo Historia. Cuando estudiaba periodismo gané algunos premios, uno de ellos una beca para hacer un curso de verano en Corea y me quedó gustando. Las ganas de hacer un posgrado en Berlín o Melbourne siempre están.
¿Qué le recomendarías a una persona que quiera probar la experiencia de viajar en un crucero trabajando y no tenga claro si es para él o ella?
Primero, que termine de estudiar, si es que lo está haciendo. Si le queda gustando el estilo de vida de los barcos se le va a hacer muy difícil volver a la universidad. También es importante que defina si le importa más viajar o ganar dinero.
Segundo, que lea un montón sobre otras experiencias y saque conclusiones. Muchas agencias se refieren a estos trabajos como una especie de vacaciones en que se recorre el mundo. Me molesta que le mientan así a la gente. Se trabaja bastante y no tienes días libres, solo horas libres. Algunas posiciones se pueden ver beneficiadas por algunos itinerarios, como en mi caso, pero eso no siempre sucede.
Tercero, que se arriesgue. Lo peor que puede pasar es que no le guste. Si no se quiere quedar durante todo el contrato, puede renunciar, pero deberá pagarse el pasaje a casa.
Cuarto, que lea mi blog. A veces siento que tengo una especie de misión de contar cómo es la vida a bordo.