Lola Hierro (Madrid, 1983) es una periodista amante de la fotografía y los viajes, tres vocaciones que se complementan muy bien entre ellas. Lola escribe en varios medios y blogs que tratan especialmente temas como la inmigración (blog Migrados), la pobreza, las desigualdades y otros temas de especial sensibilidad social (sección Planeta Futuro en El País). Además, tiene el blog Reportera Nómada, un blog de viajes personal que actualiza frecuentemente con crónicas de sus viajes por el mundo, como el que realizó en 2011 al sudeste asiático. Ahora mismo Lola estará en Niger haciendo un reportaje, pero es complicado saber dónde estará mañana esta reportera nómada.

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Viajar es tu pasión desde que naciste, ¿elegiste el periodismo como manera de poder viajar más o ni te lo planteaste?

El deseo de ser periodista ha estado siempre separado de mi afición por viajar. He querido dedicarme al periodismo desde muy niña y, además, me gustaba viajar y conocer países nuevos. Al cabo de los años, ya adulta, vi que podía conjugar las dos cosas.

¿Es complicado para una recién licenciada en Periodismo llegar a tener un trabajo que le permita viajar? 

Más bien, es complicado para cualquier periodista, ya sea novato o veterano, tener un trabajo que le permita viajar. Y, en realidad, tener un empleo bien remunerado y más o menos fijo ya es una lotería. Yo no animaría a nadie a estudiar Periodismo si lo que quiere es, simplemente, viajar. Mi oficio es muy vocacional porque está muy maltratado, así que hay que amarlo de verdad para aguantar tanta inseguridad, precariedad laboral… Quien quiera viajar, que viaje, pues se puede viajar y ganarse la vida sin tener que ser periodista. Y quien quiera ser periodista y quiera viajar, que tenga en cuenta que el hecho de largarte al último rincón del mundo no te hace mejor profesional, y que seguramente te lo vas a tener que financiar tú mismo.

Lola Hierro es la periodista nómada
Fotografía realizada por Pablo Llerenas en Medellín (marzo de 2016)

Aparte del tiempo que se dedica al trabajo, ¿cual es la diferencia entre viajar por libre y hacerlo como reportera? 

Yo siempre viajo como reportera. Aunque esté de vacaciones, soy periodista 24 horas, es decir, intento ir con los ojos bien abiertos para que no se me escape nada. Nunca sabes dónde vas a encontrar una buena historia, así que en todas partes intento conocer algo más de lo que cuentan las guías turísticas. Otra cosa es que decida desconectar de vez en cuando, pues si no lo hiciera me moriría del estrés. Pero, en general, no hay dos tipos de viajes. Cuando viajas sola o por mucho tiempo, puedes dedicar unos días a trabajar y otros a hacer alguna visita turística y descansar un poco. Pero cuando viajas pocos días para hacer un reportaje muy concreto, vas a piñón, generalmente con una agenda muy apretada, y ahí no da tiempo a irse de paseo. Pero en ambos casos, tanto si trabajo como si estoy de vacaciones, intento ir con la misma actitud, es decir, abierta a conocer cualquier cosa que se me ponga delante.

La fotografía es algo fundamental en el mundo de los viajes, pero ¿hasta qué punto consideras importante la fotografía dentro del periodismo?

Es fundamental, no hay más que echar un vistazo a la historia de la humanidad desde que se inventó la fotografía para darnos cuenta de la importantísima aportación que ésta ha hecho. Las imágenes de Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, Richard Avedon, Helmut Newton, Koudelka, Sebastiao Salgado y tantos, tantísimos otros, cuentan la historia de la humanidad igual de bien que un escrito. La fotografía no es un complemento a un texto, igual que no lo es un vídeo. Todos son formatos independientes que cuentan historias con diferentes lenguajes, tan válidos unos como otros. La fotografía sí puede llegar a contar aquello que no se sabe describir en un texto. Un redactor no tiene por qué estar en el lugar sobre el que escribe, pero el fotógrafo siempre está allí, lo está viendo, está en primera línea. Yo no puedo entender el periodismo sin fotografía.

“He tenido que hacer mucha pedagogía por el hecho de irme sola siendo mujer”

Muchos de los países que visitas como periodista son a veces vistos desde Occidente como inseguros o inestables, ¿has tenido que hacer mucha pedagogía entre amigos y familiares antes de un viaje?

Sí, la verdad es que sí he tenido que hacerla, sobre todo al principio. Y no solo por el país en sí, sino por ser mujer. La primera vez que viajé a un país africano sola, algunos compañeros periodistas expresaron su preocupación por el hecho de irme sola siendo mujer, además. Pensaban que corría peligro. Como si no hubiera mujeres dando vueltas por el mundo… Mi familia al principio se preocupaba mucho, pero era más bien por desconocimiento. Ahora saben que no todos los países que visito son peligrosos y además han comprobado que yo no viajo como una loca, que tomo precauciones. Pero es inevitable que cuando vas a un punto caliente del planeta, tus seres queridos se preocupen.

¿Mochila o maleta? ¿Qué hay dentro de las valijas de una reportera?

Depende. Si voy a quedarme en el mismo sitio durante todo el viaje, me llevo una maleta. Si me voy a estar moviendo de acá para allá, mochila, que es más cómoda para cargarla. En el equipaje llevo lo básico: ropa, artículos de aseo y un buen botiquín. Luego no puede faltar el ordenador portátil, un disco duro externo, equipo fotográfico, un móvil libre para poder utilizar tarjetas SIM del país al que vaya y, por supuesto, una libreta bien gorda y un puñado de bolígrafos. Ahora estoy pensando en comprar una batería solar para asegurarme el suministro de electricidad en zonas donde hay cortes frecuentes.

Periodista Nómada
Fotografía realizada por Pablo Llerenas en Medellín (marzo de 2016)

¿Echas de menos la época en la que recorrías el sudeste asiático con bajo presupuesto? ¿Volverás a hacer un viaje así?

Claro que sí lo haría, ¡y lo haré! Echo de menos esos países y además me quedó mucho por ver. Estoy pensando volver a principios del año que viene, aunque ahora no pueda quedarme tanto tiempo.

Aquél viaje fue un ‘romper con todo’, ¿cual es la diferencia entre la Lola de antes y después de ese viaje?

Ese viaje fue una etapa más dentro del proceso de romper con todo, no fue lo único que provocó el cambio. La diferencia entre la Lola de antes y la de ahora es que la de antes no luchaba por lo que quería, se había conformado con una vida que no le gustaba. La de ahora (y desde hace unos años ya) sí apuesta por lo que quiere y lucha. De momento, me ha salido bien la apuesta.

“En nuestro día a día estamos demasiado metidos en la zona de confort”

En una entrevista comentabas que veías obligatorio que toda persona se vaya a hacer un gran viaje al menos una vez en la vida, ¿por qué es importante hacer un gran viaje para el desarrollo personal?

Porque creo que en nuestro día a día estamos demasiado protegidos, demasiado rodeados de gente que nos cuida, demasiado metidos en la zona de confort… Eso no nos permite ponernos a prueba y, al no hacerlo, no crecemos. Hay que viajar, y hay que hacerlo solo, para verse en dificultades y aprender a salir de ellas por nuestros medios; para sentirse solo y tener que aguantarse, a ver qué pasa; para romper el hielo a la hora de conocer a gente nueva; para echar de menos lo que tenemos en nuestra vida: un empleo, una familia, una pareja, una casa… y entender lo afortunados que somos. O, al contrario, para darnos cuenta de todo lo que nos sobra, de qué nos hace infelices, y ponerse manos a la obra para solucionarlo. Para muchas cosas.

Citas a Kutxi Romero “Cuanto más pasan los años más me aparto del rebaño, porque no sé dónde va“, ¿qué lugar de los que has visitado nos recomiendas para estar realmente lejos del rebaño?

Con esa frase me refiero a que ya no hago lo que los demás esperan de mí sino lo que yo realmente quiero y creo que me conviene. No hablamos de un lugar para desconectar, sino de un estado mental y un modo de vida, así que vale cualquier parte, incluso tu propia casa.

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