Román Alonso (Barcelona, 1983) decidió viajar para no morir en vida. En 2005 le diagnosticaron una leucemia y se pasó unos meses debatiéndose entre la vida y la muerte. A sus 23 años, recién licenciado y tras esta dura prueba, tomó la decisión de dejarlo todo y marcharse a vivir. En su camino atravesó África de punta a punta, se enroló en un barco que le llevó a Sudamérica, saltó al sudeste asiático en otro y tras viajar por Australia, ahora está recorriendo a pie China. Esta es su historia.

1. Cuando te conocí me comentaste que si no hubieras salido de casa en aquél momento hubieras muerto, ¿por qué?

En realidad estaba muerto ya. Durante años había estado haciendo todo aquello que se suponía que tenía que hacer: estudiar, trabajar, buscar una pareja, ahorrar para comprarme una casa, un coche…. Pero, ¿dónde quedaba aquello que YO quería hacer? El “yo” está muy mal visto en nuestra sociedad, se asocia con el egoísmo y se reprime.

Tras mi experiencia cercana a la muerte comprendí que cualquier día podría morir, que no había tiempo que perder para hacer aquello que de verdad quería hacer y que debía dejarme de convencionalismos, los parámetros sociales no podían definir mi rumbo vital. Por eso, decidí viajar, hacer lo que de verdad quería hacer.

Viajar o morir2. ¿Cómo se tomó tu familia y amigos esta decisión?

Puedes imaginártelo. Para ellos, acaba de volver a nacer, volvían a poder tocarme, abrazarme, tenerme y sin embargo yo, al cabo de unos pocos meses desde que me dieron el alta semi-definitiva, les digo que me voy, que quiero vivir cada día como si fuera el último… por si acaso es el último. Me costó unas semanas explicárselo, algunos lo comprendieron rápidamente y me apoyaron, otros siguen sin entenderlo.

3. ¿Cómo sobrevives? ¿Cuales son tus fuentes de financiación?

Necesito poco y me espabilo. Cuando salí solo tenía unos 5000 euros que había logrado acumular en 5 años trabajando fines de semana y veranos. Pronto me di cuenta de que tenía que empezar a hacer algo para no convertirme en un homeless fuera de mi país. Primero descubrí la posibilidad de gastar poco usando plataformas sociales (tipo couchsurfing) y maneras tradicionales de no gastar (viajar en auto-stop, tienda de acampada…) Luego aprendí a ganar dinero, trabajando en pequeñas tareas de mantenimiento en hostels, ayudando a granjeros en Australia o de relaciones públicas en Bali. Lo que surja bueno es.

Viajar o morir4. Otra frase que recuerdo que comentaste fue “En esta vida hay que aprender a desprenderse, quién no es capaz de hacerlo jamás podrá ser libre”, ¿podrías explicarla?

Vaya, así escrita parece del Dalai Lama (jajaja). A lo que me refería es a que las cosas materiales nos atan y también muchas otras cosas no materiales. Tener una casa es una atadura, querer un coche también, querer un teléfono móvil… Incluso querer a una persona que no comparte tu filosofía vital es una atadura. Por eso yo tengo un teléfono móvil que solo sirve para hablar y que si lo pierdo no me molestaría en nada, no tengo una casa, ni un coche y quizás por eso no tenga una pareja (jajaja)

5. ¿Son malas las ataduras? ¿Tener raíces?

Sí en la medida en la que una raíz o una atadura te inmoviliza. Disculpad por el catalanismo, en catalán decimos “lligam” que se entiende perfectamente en este contexto, pero no sé si se entiende igual en castellano. A lo que me refiero es a que cualquier cosa que te impida ser libre es mala, porque la libertad es lo que nos convierte en seres humanos y lo único que nos puede hacer felices.

Viajar o morir6. ¿Eres feliz en tu nueva vida?

Terriblemente. Soy absolutamente feliz. Es cierto que podría ser mejor, podría haber nacido rico y no tendría que trabajar para sobrevivir (jajaja) pero entiendo que debo hacerlo igual que el resto del 98 o 99 % de la humanidad. Pero no soy feliz solo por no trabajar 8 horas al día, soy feliz por poder estar haciendo lo que me gusta, por poder viajar a tiempo completo, por conocer a miles de personas, por haber visto maravillas indescriptibles, por poder despertar al amanecer en una playa desierta…

7. Te fuiste de viaje solo, ¿no te has llegado a sentir solo?

He de confesar que los primeros meses fueron difíciles. No estaba acostumbrado y yo soy una persona un poco retraída, bastante tímido. A veces lo pasaba mal en algunas casas de couch surfing a las que me invitaban. Luego fui cambiando. Yo seguía siendo tímido y retraído, pero empecé a disfrutar de la soledad y a compartir el viaje con cientos de personas. Sí, se que es bastante contradictorio, pero ambas cosas pasaron a la vez. Un día me encontraba rodeado de gente y al día siguiente celebraba mi soledad.

Viajar o morir8. ¿Qué llevas en la mochila?

Muy pocas cosas, por aquello de aprender a desprenderse. Llevo dos mudas completas, además de la que llevo puesta, llevo una navaja multiusos, una bolsa de aseo pequeña, algunas medicinas, una cámara de fotos compacta, un móvil antiguo, una tienda de campaña ligera y un saco de dormir. Antes llevaba más cosas, pero he aprendido que si viajas ligero viajas mejor.

9. ¿Por qué no te has abierto un blog? Creo que tu viaje podría inspirar a mucha gente.

Pues escribiré un libro (jajaja) No, de verdad que lo mio no es escribir, además de que con mi modo de viajar sería imposible tener una constancia y dedicación. No llevo ni un miserable teléfono móvil y dependo de si en el alojamiento en el que me quedo me dejan un ordenador o no. Ni tan siquiera tengo un facebook, algo que mi familia siempre me recrimina. Ni me lo planteo. Digamos que me he desprendido de cargar con una vida digitalizada.

10. ¿Qué le dirías a una persona que como tu acaba de salir de una situación de vida o muerte?

Yo no le puedo decir nada. Cualquiera que ha pasado por ahí ya lo sabe todo. Sabe que la vida es efímera y que se te va de las manos en un abrir y cerrar de ojos. El mensaje debería ir dirigido a aquellos que no han pasado por ese trance. Ellos quizás no saben lo rápido que puede cambiar todo, un día estás bien, al otro te sientes cansado, vas al médico y unas semanas después estás en coma inducido. Te haces muchas preguntas ¿por qué yo? ¿podría haber muerto? ¿qué hubiera sido de mi vida si hubiera muerto? ¿para qué vale la vida? Te conviertes en un filósofo sin saberlo, haciéndote las preguntas trascendentales que han azotado a la humanidad durante milenios. Y entonces aparece la respuesta, la misma que ya sabían todos los filósofos y que nos han repetido hasta la saciedad: la vida no tiene sentido… si no la vives. Y por eso hay que vivirla. Y por eso yo viajo, pero otra persona podría llenarse pintando cuadros, teniendo hijos o vete tu a saber. De eso se trata, de vivir, de hacer lo que a cada uno más le llene. Ese es el único descubrimiento.

2 Replies to “Viajar o Morir – Entrevista Viajera”

  1. Irene says:

    Sencillamente, brutal. A veces yo también me pregunto eso, si merece la pena perder tanto tiempo en trabajar para ganar un dinero que a veces ni siquiera gastamos en lo que queremos…porque no tenemos tiempo.

    Una historia muy interesante de la que el entrevistador ha sabido sacar lo mejor.

    Gracias por contarla!

    saludotes,

    Irene

    Responder
    1. admin says:

      Gracias en la parte que me toca. Creo que muchos somos los que nos hemos hecho ese tipo de preguntas y está bien saber que no somos los únicos.

      Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *